lunes, 13 de agosto de 2018

La mosca negra

Ahora la mosca negra ha aparecido por primera vez y oficialmente en Madrid. En Agosto del 2018. En el río Manzanares a su paso por el madrileño barrio de Butarque, en el distrito de VillaVerde. Según parece la limpieza de los ríos, y su posterior naturalización son las que provocan las condiciones perfectas para que la mosca negra se reproduzca y se extienda como una plaga.

La mosca negra no es un agradable vecino y puede ser molesto y peligroso.

Los simúlidos (Simuliidae), o comúnmente moscas negras, paradójicamente son un síntoma de salud ecológica de los ríos, pues se asientan en caudales limpios y bien oxigenados, aunque últimamente estan siendo capaces de persistir en aguas más estancadas y con mayor contaminación.

Las hembras adultas son hematófagas, pueden picar a las personas y a otros animales, sus picaduras se producen durante el día y son muy dolorosas por ser su aparato bucal de tipo mandibular. Se caracterizan por presentar un punto central sangrante con inflamación local. Mientras pican, no obstante, inyectan un anestésico, un vasodilatador y un anticoagulante que evitan que la mordedura se note al instante. En función de la sensibilidad de las personas estas manifestaciones pueden variar en gravedad y llegar a producir una fuerte irritación y edema o incluso reacciones alérgicas más extensas que pueden necesitar atención médica.
Son muy difíciles de erradicar pero una vez detectado el problema, es preciso efectuar un tratamiento que 
sea eficaz contra el insecto, seguro para el ser humano y respetuoso con el medio ambiente.


Una primera fase se inicia con la prevención, actuado en el curso de agua localizado con una limpieza de las algas que sustentan el desarrollo de las fases larvarias.

En una segunda fase se controlará el insecto adulto con el uso de insecticidas en tratamientos muy focalizados, el empleo sobre grandes extensiones está desaconsejado por su escasa eficacia y posible riesgo para la Salud Pública.
En aconsejable por los especialistas y sólo en casos puntuales aplicar insecticidas en áreas restringidas de vegetación.

Tercero un sistema muy utilizado tanto en el Baix Llobregat como en Aragón ha sido incidir en el control de las larvas a través de lucha biológica con la aplicación en los ríos y cauces de agua de esporas del Bacillus thurigiensis, que es un insecticida biológico con actividad por ingestión. Activo sólo sobre estados larvarios Una vez distribuido el producto en el agua, las larvas ingieren el bacillo y se produce en su interior una toxina que las destruye, es tan eficaz que alcanza el 90% de mortalidad contra los tipos de insectos resistentes a insecticidas comunes.
Actualmente es el método de control de esta plaga mas utilizado por especificidad para las larvas de dípteros y su inocuidad para el hombre y para los animales acuáticos. Se degrada rápidamente expuesto a la luz UV. Es parte del ecosistema; se degrada a compuestos no tóxicos.

Es una lucha contra un vecino tan persistente y resiliente que está perdida de antemano, pero controlando su expansión previniendo su proliferación  conseguiremos minimizar los efectos perniciosos sobre personas y mascotas.